miércoles, 29 de julio de 2009

Domingo 'Cultural' Vol. 1

El 12 de Julio se inauguró en mi vida el ciclo de Domingos culturales en el D.F.
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Anteriormente en estas fechas dominicales solíamos aplicar lo que se llama "días parásito", es decir, estar acostado todo el día y sólo levantarme para comer un poco y después seguir reposando, sin embargo, como algunos saben, hace un par de meses que llegó a mi vida una mujer maravillosa que volteó mi mundo 'patas pa' arriba'. Para efectos de economizar teclazos, llamémosla "D.P.", o sea, mi novia. Algún día les contaré por qué la llamo D.P., es una historia para morirse de risa pero es necesaria la previa autorización de la involucrada en el suceso, lo cual me parece que será un poco complicado de obtener con prontitud.
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Pues resulta que un buen día, después de un sábado de farra, DP y yo nos preguntábamos por qué malgastábamos nuestros días adheridos a la cama sin más quehacer que picarnos los ojos mutuamente, por lo cual decidimos aprovechar mejor aquello que se nos había otorgado al llegar llorando a este planeta, es decir, el tiempo. Y de este modo decidimos embarcarnos en la increíble aventura de recorrer nuestra ciudad, a costa del sufrimiento de nuestros pies y de lidiar con la muchedumbre en busca de nuevos asombros.
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¿A dónde vamos? Fue la primera pregunta que formulamos. Al zoológico de Chapultepec. Fue lo primero que se me ocurrió. Y fuimos.
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No íbamos al zoológico desde las visitas obligadas en la primaria, así que no teníamos muy claro nada de nada. El primer detalle al llegar a aquellos rumbos es que no hay dónde estacionarse, así que tuvimos que dejar el coche por ahí cerquita en una calle de reforma, en un estacionamiento público donde nuestro medio de transporte quedaría seguro bajo el cuidado y supervisión de un viejito de aspecto decente.
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Empezamos a caminar a lo largo de Reforma, asombrándonos de la cantidad de gente que aprovecha la decisión del nada populista Jefe de Gobierno del D.F. de cerrar la avenida más importante de nuestro país, para la hermosa actividad del ciclismo. Hasta te prestan bicis de a grapa y no falta el malora amante de lo ajeno que se la trata de chingar. Además del bonito espectáculo velocipedista, montaron también una exposición de esculturas para echarle la mano a las especies en peligro de extinción, y por ahí anduvimos caminando y disfrutando de la nutrida comitiva que se reúne en dicho lugar.
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Claro, nos tomamos la tradicional foto encima de unos caballitos de madera, que por módicos 25 pesos te hacen entrega de un par de hermosos llaveros de plástico con tu imagen a todo color, un excelente regalo para salir avante en el cumpleaños de tu madre.
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Al llegar al zoológico nos quedamos perplejos, por no decir algo más grave. Fue en ese momento cuando comprendí de lleno el verso de Chava Flores que dice "un hormiguero no tiene tanto animal", en primera, afuerita del zoo parece verdulería por todo lo que venden, creo que mínimo el 40% de lo que ahí se oferta son burbujas de jabón. No sabía que fueran tan redituables. Y en segunda no se puede ni caminar bien, parece que regalaran algo. Cuál va siendo nuestra sorpresa que al llegar propiamente a la entrada de la cárcel de animales nos dimos cuenta de que es gratis. Y entonces entendimos el porqué de tanta gente. Para ser honestos estuvimos ahí como 20 minutos como máximo, ya que, casi ninguna especie en cautiverio se podía apreciar con claridad debido al hacinamiento que ahí se vive. Otro punto que tuvimos en contra fue que casi íbamos llegando cuando DP me dice. Me anda de la pis. Pues ve al baño, le digo. ¿Ay aquí?¡Cómo crees, mi amor! Así que tuvimos que apretar el paso para poder desahogar la necesidad de una chica que no pudo formarse en una filita de máximo 200 personas para entrar a un baño que, ya exagerando, ha de haber utilizado un millón y medio de personas antes que ella.
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Así regresamos caminando veloces, por poco corriendo al coche para descubrir que el viejito de aspecto decente nos tenía esperando un saldo pendiente de ochentaytantos pesos. Pinche viejo trácala, me dije a mí mismo. Y así terminó nuestro primer Domingo cultural, DP haciéndose pipí, yo encabronado por lo que me habían cobrado en el estacionamiento, pero ambos muy contentos por haber escapado del malévolo colchón que nos arruinaba la vida con su confort y cálidas cobijas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bien nos la pasamos AM!!!! Te amo!!! Y ya cuenta el segundo noooo????
Lindo lindo!