Ya no sabemos hacer poesía,
ahora sólo escribimos al viento
que se muera el soneto
que se muera la rima
nadie se mueva,
se nos está yendo la vida
con tanto movimiento,
eso es
me imagino hablando por teléfono
condenado a sólo contestar
las respuestas incorrectas
con tanto frío
que puede haber
por qué nos aferramos tanto
a este calor
algo tiene que ver con la sangre,
con la tuya,
con que sea roja
y con que sea poca,
algo tiene que ver.
Por eso me perdí en conjeturas
sobrenaturales
al pensar que podría
desentrañar tu extraño vientre
de infortunio y nula descendencia
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