martes, 2 de marzo de 2010

Human

Curiosa forma de vivir la del ser humano. Alejados del instinto y del hábitat natural. Cuando logramos extinguir a la bestia (o al menos ocultarla) nace la sociedad. De esa sociedad primitiva, no tan diferente de las de otros animales, probablemente surgió el lenguaje primitivo, un lenguaje gutural, sombrío e indescriptible que le fue dando forma y nombre a las cosas que nos rodeaban; calor, frío, hambre, ¡cuidado!, sed, dolor, miedo, comida, debieron de haber sido los primeros símbolos que urdimos en las entrañas de la tierra. De ese lenguaje primitivo surgió una inteligencia primitiva, la capacidad de comunicarnos en otro nivel, de expresar sentimientos, de dictar órdenes, de delimitar espacios, de dar explicaciones.

Más tarde nos encontramos con la creación de las religiones para poder explicar los fenómenos naturales. Alabado sea el Sr. Rayo. Todo lo que usted diga Sr. Sol. No me venga con sequías Señorita Lluvia. Ahí le va un poquito de sangre a manera de ofrenda, Madre Tierra. Y al ver lo que podíamos lograr nos fuimos esparciendo por el mundo, conquistando, descubriendo y poblando todo lo que estaba a nuestro paso. Fuimos complicando todo cada vez más.

Que vengan las leyes y el derecho, que venga la economía y el mercado, que venga el dinero y los oficios, la guerra y los feudos, la prostitución y el kamasutra, la arquitectura y la ingeniería, esclavitud, astronomía y geografía, filosofía, el arte y sus corrientes, la literatura, la música, la biología, los viajes espaciales, oriente y occidente, la bomba atómica, rascacielos, laboratorios, investigación y desarrollo, la industrialización, la repostería, la inquisición, la clave morse, los satélites y el internet, seguridad nacional y la interpol, medios y armas de destrucción masiva, el teléfono, las relaciones interpersonales y el amor, la terapia de familia, los modelos educativos, el congreso y la política, la liberación femenina, los avistamientos de ovnis, enfermedades mentales y antidepresivos, el matrimonio y el divorcio, el transporte público, las secuelas post-parto, los derechos humanos, la calidad de vida, la psicología y las patologías, el automovilismo, la moda, las matemáticas, la búsqueda de la felicidad, el lenguaje y la Real Academia de la Lengua, el ciclo de la historia y el olvido.

Todo esto con un único fin: tratar de disimular, en la medida de lo posible, que al ser humano todavía lo rigen, todavía nos rigen las 4 necesidades básicas de cualquier ser vivo; comida, casa, descanso y apareamiento. Y en cambio tratamos de exaltar una que nos parece más noble, más humana; El Poder.

jueves, 14 de enero de 2010

¿Qué esperas esperanza?


La esperanza es lo último que muere, al menos eso dicen. Cuando eres niño, cuando todo es posible, te dicen que esperes. Espérate a que crezcas, niño. Todo a su tiempo. Cuando eres joven y tropiezas en el amor, no falta el que aconseja. No esperes que cambie, ella es así. Cuando te quejas del gobierno, de lo que sucede en el país, se escuchan tantas voces diciendo. Esperemos que ahora sí cambie la cosa. En tu casa, con tus padres. Siempre la misma cantaleta. Pero qué esperas chamaco del demonio, ¡ya ponte a trabajar! Cuando ya maduras, te retumba en la cabeza. ¿Qué esperas para ser feliz? La divorciada se dice a sí misma. Me espera algo mejor. Los viejos dicen cansados. Esta vida ya no espera. Y así nos la pasamos de esperanza en esperanza.

Espérate en la fila. Toma tu turno. Espera paciente. Ya merito te toca. Lo sentimos joven, ya tenemos que cerrar, mejor regrese mañana. Y de nuevo a esperar.

Mamá, ¿por qué eres así? Espérate a que tengas tus hijos, ya me entenderás.

Esperas encontrar a la persona adecuada, a tu pareja perfecta. Esperas que cuando la veas todo sea tan especial. Esperas que no te lastimen. Esperas que sean muy felices. Vas dando tumbos de lugar en lugar preguntádote a cada rato quién podrá ser. Cuando la encuentras, esperas que ella se dé cuenta de lo que sientes. Actúas como si nada. Ella por su parte espera que lo digas. También actúa como si nada. Se casan con la esperanza de algo hermoso. La mujer en el fondo suspira. Ay, espero que con el matrimonio este cabrón cambie. El hombre en el fondo desea. Chale, espero que mi vieja no cambie.

Espérame tantito, me habla mi hermano. Espérame un segundo, no me tardo. Espérate cabrón, no estés chingando. Qué esperas güey, ya ponte las pilas. Espero que ahora sí ésta sea la buena. Espérate aquí sentado, ahorita regreso.

Seguimos caminando esperanzados. Ahora sí, me cae que está a la vuelta de la esquina. De la que sigue. De la siguiente. Una más y ya. Si ya me esperé tanto tiempo, qué mas da otro poquito.

¿Qué esperas de mí? ¿Qué espero de ti? ¿Qué esperamos todos? ¿Quién me espera a mí? ¿Quién se cansa de esperar? ¿Quién espera hasta el cansancio? ¿Qué esperanza de que cambie? ¡QUÉ ESPERAS ESPERANZA!