martes, 4 de agosto de 2009

The importance of not being an earnest.


Vino de visita mi amigo Ernesto y fuimos a verlo a casa de sus papás. La verdad sea dicha, siempre lo vemos muy poco de modo que queríamos aprovechar esta ocasión para echar unos tragos con él y platicar un rato. Como no lo teníamos planeado en realidad, pues llegamos medio tarde y encima era medio lejos (ojo: todo 'medio'). Y con lluvia (a medias). Y sin saber llegar (a medias). Y de noche (a medias, también).

Cuando por fin dimos con la dirección él nos estaba esperando afuera de la casa. Estacioné el coche donde me dijo y cuando me bajé del auto me pregunta. ¡¿Qué onda, estás estrenando coche o qué?! Sí, es que me está yendo poca madre en la chamba. ¿Neta, qué andas haciendo? Pues ya sabes, invirtiendo por aquí y por allá, ganando un chingo de varo. ¿Es en serio? La verdad, no... el coche es de mi vieja güey, no tengo un clavo.

Y nos cagamos de risa.

No hay comentarios: