Hoy una voz me habló diciéndome:
-Toma lo más preciado para ti, llévalo a la cima de la montaña más alta y una vez que estés ahí, sacrifícalo para beneficio de tu Señor.
Yo no lo pensé. En seguida tomé a mi pequeño y lo llevé a lo más alto. Cuando estuve ahí tomé una daga y haciendo acopio de todas mis fuerzas la clavé en lo más profundo de su ser.
Cuando la voz volvió a hablarme para decirme '¡Espera, no lo hagas!', ya era demasiado tarde.
Y entonces me pregunté: ¿Esa voz, era Dios, era Yo o era el Diablo?
1 comentario:
muchas veces lo que más amamos puede ser lo que más amamos, tanto amor causa dolor y obsesión, así q supongo que fue tu inconsciente, ni el diablo, ni dios.
dejandote saludos por aquí mi estimado Ruben lindo
Besos
Yannina
Publicar un comentario