lunes, 13 de octubre de 2008

Estornudo

Vino a verme un hombre que estuvo enfermo de gripa durante 50 años. Todo el tiempo se quejaba amargamente de su condición. "¡Con una chingada!" era su frase favorita. Y a cada rato un sonoro Achúuuuu. A mí me daba risa verlo refunfuñando por todos lados, con su kleenex en la mano o cubriéndose la boca con su bufanda de estambre.

Vino a verme el día que se curó. En seguida le pregunté cómo se sentía y sólo me pudo decir que, al contrario, no se sentía. El pobre estaba esperando a cada momento un indicio, una señal que le dijera que seguía enfermo.

No quiero imaginarme lo que puede significar sentirse jodido durante 50 largos años. De modo que pensé que él estaría inmensamente feliz. Se lo pregunté y me dijo:

-Yo también pensé que estaría feliz cuando este día llegara, pero ahora simplemente no me hallo. Mi gripa y yo. Éramos como una pareja, casi. Nos acompañábamos y nos hacíamos la vida miserable. Y la verdad es que ahora la extraño pues el único instante feliz en mi vida era el que seguía justo después de un estornudo. La esperanza de que fuera el último. El suspiro que descansa. ¡Con una chingada!

1 comentario:

Anónimo dijo...

AME ESTE POST!!!! real mi palabra favorita es esa!!! y la digo siempre qu eme enfermo o algo aaaaaa!!!! me encanto y punto!!

bonito blog ;)