martes, 29 de julio de 2008

Escribir, por ejemplo.


El gasto de felicidad está altísimo últimamente. Me di cuenta en los pasados días porque por más que lo intentaba no podía esbozar ni una ligerísima sonrisa, por lo que me puse a analizar las cosas y me di cuenta de que giré demasiados cheques. Y es por eso que ahora me encuentro con cara larga, ceño fruncido y ojos entrecerrados esperando el depósito de la siguiente quincena. Todo esto me llevó a sentarme en mi concurrida silla y ponerme a escribir para ver si así puedo encontrar un poco de consuelo a través del ilógico trazado de mis ideas.

El título de este texto es un claro ejemplo de las frustración de aquél (en este caso yo) que se siente escritor. De pronto llegó a mi cabeza, ¡BAM! "Escribir, por ejemplo.." "Escribir, por ejemplo.." Y yo estaba que no cabía en mí mismo de contento por la emoción de tener en mis manos un título tan increíble. Por una combinación de incertidumbre creativa, morbo y conocimiento de experiencias pasadas decidí buscar en esta hermosa red mundial y abstracta o especie de mundo paralelo y me encontré con un texto de José Agustín que comparte el mismo título tan bello que juraba era tan mío como mis propios testos. Pero no, una vez más, cuando uno cree que descubrió la teoría de la relatividad se topa con un viejo de pelo cano y despeinado que te mira sacando la lengua burlándose de tu increíble ingenuidad.


Somos una cadena de reflejos interminables. Como dice Chuck Palahniuk "una copia, de la copia, de la copia..." Una obra de teatro gigantesca que se ha ido repitiendo durante siglos y siglos con simples cambios y mejoras de vestuario. El guión sigue siendo el mismo. Yo no hago más que aferrarme a la idea de encontrar al autor de este melodrama (ustedes eligan su propio tema) y pedirle que me deje apuntarme sólo un par de líneas más. Elegir el cómo y el cuándo. Volver a empezar.


sábado, 26 de julio de 2008

Días de guardar

El cortejo fúnebre del alma con los sentimientos. La complicación motivada por el sufrimiento del corazón. La agonía de un pasado que se niega a morir. Todo esto es lo que sucede cuando se incendia el paisaje que había estado uno pintando durante años, detallando cada centímetro, adornando las cosas más pequeñitas, puliendo todo para lograr la armonía entre lo que se sueña y lo que se tiene.

Es muy sencillo mirar a alguien a los ojos y decirle "Te amo", lo que en verdad pesa y engendra dificultades inimaginables es sostener la mirada fijamente, respirar hondo y tratar de articular un atroz "No te amo". Ésa es la chispa que inflama todo.

No se puede tirar del gatillo y después pedir perdón. No se puede y aun así se hace...

viernes, 25 de julio de 2008

La oveja negra.







Me encuentro en un estado de incómoda confusión. ¿El motivo? Bien, lo contaré brevemente:


Resulta que acabo de despertarme después de una serie de sueños por demás extraños y de difícil comprensión, de los cuales uno de ellos, en particular, es el que me tiene meditabundo. Llegaba yo a un restaurante en el que se encontraba ni más ni menos que el célebre Augusto Monterroso, a quien yo saludaba cordialmente y le decía "¡La oveja negra es un regalo de Dios!" y él me otorgaba una risa franca. Seguíamos platicando, sin embargo, ya no recuerdo nada más de lo dicho. El problema grave es que yo nunca tuve oportunidad de conocer a escritor tan grande y, por supuesto, nunca había visto su cara. La otra cuestión es que el tipo está muerto.

Lo único que espero es no estar convirtiéndome en una especie de médium y que después vaticine en dónde se pueden encontrar osamentas y cosas por el estilo. Por el otro lado quiero pensar que no es algún tipo de señal que justifique un final de tragedia griega. Lo tomaré con calma.